Comentario al Evangelio, por Monseñor Lopez Castillo, Domingo 25 Abril


Jesús Resucitado, el Gran Pastor

Jesús Muerto y Resucitado, es el Gran Pastor, es el Pastor por excelencia. Él cuida, cura y salva a sus ovejas; Él expió en su propio cuerpo, nuestros pecados sobre la Cruz, para que muertos para el pecado, viviéramos para la justicia; con sus heridas fuiste curado. Pues eran como ovejas descarriadas, más ahora han vuelto al Pastor y Guardián de nuestras almas (1Pedro 2, 24-25)

Ese pastor, es el Salvador, ya que su nacimiento en la pequeña Belén, realiza la profecía de Miqueas: “Y tú Belén, pequeña eres entre los clanes de Judá, más de ti, saldrá aquel, que ha de reinar en Israel…” (Miqueas 5,2)

A su vez, su misericordia infinita, manifiesta que Él es el Pastor anhelado por Moisés: Moisés habló al Señor: “Dios y Señor, tú que das la vida a todos los hombres, nombra un jefe que se ponga al frente de tu pueblo y lo guie por todas partes, para que no ande como rebaño sin pastor” (Números 27, 15-17)

Por eso Jesús, viendo a las muchedumbres, se apiadó de ellas, porque estaban cansadas y decaídas como ovejas sin pastor (Mateo 9, 36)

Cristo pues, es el Cordero que conduce a los hombres a la fuente de la verdadera vida: “éstos son los que vienen de la gran tribulación y han lavado sus vestiduras y las han blanqueado en la Sangre del Cordero… Porque el Ángel, que está en medio del trono, será su Pastor y los conducirá a las fuentes de las aguas de la vida…” (Apocalipsis 7,14ss)

Jesús es el camino, porque conduce a sus ovejas a buenos pastos de Salvación

Confiemos en Cristo Muerto y Resucitado, quien nos conoce y nunca nos defraudará. En él encontraremos la verdadera paz y felicidad que buscamos. Él nos ha salvado

Sigamos sus enseñanzas, porque Él nos dice lleno de bondad: “Yo soy la Puerta, el que entra por mí, se salvará” (Juan 10,9)


EL SEÑOR CONDUCE A SU PUEBLO
La Iglesia, en efecto es el redil cuya puerta única y necesaria es Cristo. Es también el rebaño cuyo pastor será el mismo Dios, como Él mismo anunció. Aunque son pastores humanos quienes gobiernan a las ovejas, sin embargo, es Cristo mismo el que sin cesar las guía y alimenta; Él, el Buen Pastor y Cabeza de los pastores, que dio su vida por las ovejas”. (Catecismo de la Iglesia Católica 754)

Mons. Antonio José López Castillo
Arzobispo de Barquisimeto

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