“Y cuando todo el pueblo” se hubo bautizado, aconteció que mientras Jesús, bautizado también oraba, ,se abrió el cielo y descendió el Espíritu Santo… como una paloma” (Lc. 3, 21-22)
El bautismo de Juan va en dirección a los ritos de purificación, manifestado en un cambio de vida, de comportamiento.
Cristo, es bautizado por Juan porque Él quiso identificarse con todos los pecadores para que asumiendo sus culpas desde la cruz, salvarlos a todos.
Aparece una paloma signo de pequeñez y de paz para indicar también, que el señor quiere salvar a los pobres de Espíritu, porque la paloma era la ofrenda de los más humildes y pobres. Cristo se ubica entre los pecadores para redimirlos desde su pasión, muerte y resurrección. Por ello, Jesucristo, se presenta, como “el cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Jn 1,29.)
El bautismo de Jesucristo, en el río Jordán, va a preparar, el gran bautismo de su muerte, por eso dice: “He recibido un bautismo de dolores” Lc 12,50; Juan, afirma refiriéndose a Jesús: “El los bautizara con el Espíritu Santo” Lc 3,16. Esto cumple lo que dijo Is. 35,2: “Sobre Él, reposara el Espíritu de Yahvé, el Espíritu de sabiduría y de Inteligencia, Espíritu de Consejo y de Fuerza, Espíritu de Conocimiento y Temor de Yahvé”; se anuncia de esta forma el pentecostés, que inaugurará el bautismo en el Espíritu, para la Iglesia (tomado del vocabulario de Teología Bíblica pág. 103), de tal manera que Jesús comunicará el Espíritu a los que le sigan y confíen en Él.
A demás el bautismo de Jesús en el Jordán, anuncia también nuestro propio bautismo, en Cristo, ya que dicho acontecimiento en la fe, nos hace discípulos de Jesús, a quien debemos conocer e imitar, buscando caminos de conversión y madurez cristiana, pero que nos hace Iglesia pueblo de Dios, en donde debemos vivir en autentica comunidad de hijos de Dios, y comunidad de hermanos.
Por lo tanto expliquemos a los niños y niñas y a nuestros jóvenes este significado del bautismo, para que puedan poco a poco ser católicos convencidos y practicantes.
Procuremos nosotros todos vivir el bautismo, a fin de seguir a Cristo muerto y resucitado con conciencia de pertenencia a nuestra Iglesia Católica querida.
Que así sea
Mons. Antonio José López Castillo
Arzobispo de Barquisimeto
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